10 consejos para cuidar tu audición a cualquier edad

La audición es una parte esencial de nuestra comunicación, relaciones y calidad de vida, pero muchas veces no recibe la atención que merece. A diferencia de otros sentidos, el deterioro auditivo suele ser progresivo y silencioso, por lo que cuando se detecta, ya puede haber daños irreversibles. Sin embargo, la buena noticia es que cuidar la audición es posible en todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta la vejez. Con pequeños hábitos diarios y decisiones informadas, es posible prevenir la pérdida auditiva o reducir su impacto. A continuación, te presentamos diez consejos clave para proteger tu oído sin importar tu edad.

Controla el volumen y el tiempo de exposición

Uno de los factores de riesgo más comunes es el uso excesivo de auriculares o la exposición a sonidos fuertes. Mantén el volumen por debajo del 60 % del máximo y evita escuchar música durante más de una hora seguida sin descanso. Esta regla simple, conocida como 60/60, es especialmente útil para adolescentes y jóvenes que usan dispositivos móviles a diario. En ambientes ruidosos, como el transporte público, usa auriculares con cancelación de ruido para no tener que subir el volumen de forma innecesaria.

Usa protección auditiva en ambientes ruidosos

La exposición a ruidos intensos en conciertos, fábricas, obras o eventos deportivos puede causar daño auditivo en muy poco tiempo. Usar tapones para los oídos o protectores auditivos especiales es una medida sencilla y eficaz. No se trata de aislarse por completo, sino de reducir la presión sonora que recibe el oído. Si trabajas en un entorno donde el ruido es constante, la protección debe formar parte del equipo diario, al igual que un casco o unas gafas de seguridad.

Realiza chequeos auditivos periódicos

Así como te haces controles de la vista o del colesterol, deberías incluir revisiones auditivas en tus rutinas de salud. A partir de los 50 años, es aconsejable una evaluación auditiva cada año, aunque no se perciban síntomas. En el caso de los niños, también es importante realizar controles en los primeros años de vida, especialmente si hay antecedentes familiares o sospechas de dificultad para oír o hablar. Detectar un problema a tiempo puede marcar una gran diferencia en el tratamiento y la adaptación.

Evita introducir objetos en el oído

Muchas personas utilizan hisopos o bastoncillos de algodón para limpiar el oído, sin saber que esta práctica puede empujar la cera hacia el interior, dañar el canal auditivo o incluso perforar el tímpano. El oído tiene un mecanismo natural de limpieza que elimina la cera por sí solo en la mayoría de los casos. Si sientes molestia o acumulación, consulta a un especialista en lugar de intentar resolverlo por tu cuenta.

Sé consciente del ruido en tu entorno

Vivimos rodeados de sonidos: tráfico, electrodomésticos, obras, altavoces. Aunque no siempre podamos evitar el ruido ambiental, sí podemos tomar medidas para reducir su impacto. Cierra ventanas en horas pico, coloca alfombras o cortinas que absorban el sonido y limita el uso de electrodomésticos ruidosos a momentos breves. También puedes descargar aplicaciones que miden los decibelios en tu entorno para saber cuándo estás en un ambiente potencialmente dañino para la audición.

Mantén una buena salud general

La salud del oído está estrechamente relacionada con el bienestar general. Enfermedades como la diabetes, la hipertensión o los problemas vasculares pueden afectar la circulación en el oído interno y aumentar el riesgo de pérdida auditiva. Mantener un estilo de vida saludable con una dieta equilibrada, actividad física regular y control médico periódico es una forma indirecta pero poderosa de cuidar también tu capacidad auditiva.

Informa a los niños sobre los riesgos auditivos

La educación auditiva debe comenzar desde pequeños. Enseñar a los niños a no gritar cerca del oído, a usar auriculares con moderación y a decir si sienten molestias o ruidos en los oídos es fundamental para una prevención eficaz. También es importante supervisar el volumen de los dispositivos y limitar el tiempo de uso, especialmente en la infancia, cuando los oídos aún están en desarrollo.

No ignores los síntomas

Zumbidos, sensación de oído tapado, dificultad para entender conversaciones o necesidad de subir el volumen del televisor no son cosas menores ni normales con la edad. Son señales de alerta que indican que algo no va bien. Acudir al audiólogo ante cualquier síntoma auditivo es clave para actuar a tiempo y evitar que el problema se agrave. La pérdida auditiva, cuando se trata a tiempo, puede gestionarse de manera mucho más eficaz.

Protege tus oídos al nadar

El agua en los oídos puede provocar infecciones si permanece mucho tiempo atrapada. Utiliza tapones especiales si nadas con frecuencia y asegúrate de secarte bien después de cada baño. Evita introducir objetos para extraer el agua, ya que podrías irritar el canal auditivo. En caso de dolor o secreción, consulta con un profesional para evitar complicaciones.

Familiarízate con los avances tecnológicos

Si ya tienes algún grado de pérdida auditiva, no temas explorar las soluciones actuales. Los audífonos modernos son discretos, personalizables e incorporan tecnología como Bluetooth e inteligencia artificial para adaptarse a tus necesidades. Un buen acompañamiento por parte del audiólogo y una actitud abierta pueden mejorar notablemente tu calidad de vida y ayudarte a seguir conectado con tu entorno.

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